Brindemos con Coyame

Parlamento Veracruz

Juan Javier Gómez Cazarín

A Nicolás Cazarín Cárdenas (+), que se nos fue, pero estará siempre.
Este fin de semana fue de mucho trabajo y de buenas noticias para Veracruz. Por un lado, nos visitó nuevamente el presidente Andrés Manuel López Obrador para contagiarnos, como siempre, del renovado aliento que nos transmite su liderazgo y su afecto especial por esta tierra.
Vino a supervisar el mayor esfuerzo de reforestación del planeta. En ningún lado del mundo se van a sembrar más árboles que en México los próximos cinco años. Serán 575 mil hectáreas en todo el país, el equivalente a tapizar de árboles una superficie un poco mayor a la de tres Ciudades de México. Árboles maderables, que se podrán explotar en unos 20 años, pero también frutales, que producirán dentro de poco. Un esfuerzo por el medio ambiente que, con una legítima visión de izquierda, pone a las personas al centro y ayudará a mejorar la vida de 230 mil campesinas y campesinos.
Veracruz forma parte de esta dinámica llamada “Sembrando Vida”, que este año inició con ocho estados de la República. A eso vino AMLO. A eso y a reiterar su confianza en el gobernador de la Cuarta Transformación: Cuitláhuac García Jiménez.
La otra buena noticia del fin de semana tiene para mí una connotación personal, porque está ligada a mi afecto por Los Tuxtlas y porque fui partícipe del largo proceso que llegó a feliz término: la reapertura de la embotelladora de Coyame, en Catemaco.
Las y los veracruzanos debemos estar muy orgullosos del agua Coyame. Los análisis de laboratorio han determinado que se trata de un agua de la mejor calidad del mundo, a la altura –y a veces por arriba- de las más finas marcas de Francia, Italia y Suiza. No es descabellado pensar que, en un futuro no muy lejano, esta agua pueda competir en mercados internacionales.
Y Coyame pudo reabrir sus puertas gracias a que la transformación de Veracruz está en marcha. Los inversionistas han dejado atrás la incertidumbre y empiezan a volver a tener confianza. Ahora, con Cuitláhuac García, tenemos un clima político de estabilidad, con un excelente ambiente para sentarse a negociar y construir acuerdos. Tenemos instituciones públicas sólidas, dispuestas a dar la bienvenida a las inversiones, a servir de intermediarias eficaces y con el peso político, legal y moral para avalar esos acuerdos. Hace apenas año y medio esto habría sido imposible.
Los empresarios calculan muy bien sus apuestas, hacen sus estudios, analizan el panorama y si perciben que un estado o que una región no les conviene porque es inestable, porque el Gobierno es hostil, corrupto y poco confiable, simplemente y con el dolor de su corazón se abstienen de invertir y se van a otro lado. Ahora, empresarios como nuestro amigo Rubén Darío Carrasco Mora, de Coyame, están volteando la vista a Veracruz. Están viendo a Veracruz con otros ojos.
La embotelladora que empezó a trabajar este lunes simboliza el cambio que estamos viviendo. Por eso, esta Navidad y Año Nuevo, brindemos con Coyame.
*Diputado local. Presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado*

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