Parlamento Veracruz
Juan Javier Gómez Cazarín
Hoy se conmemora el 104 aniversario del asesinato, cobarde y a la malagueña, de Emiliano Zapata. Lo citaron para negociar y ahí lo acribillaron. En buen español eso es traición.
Más de un siglo después, está vigente una lección muy importante que nos dejó Emiliano Zapata: que la verdadera transformación debe tomar en cuenta al pueblo, sus necesidades y su demanda de justicia. Los cambios políticos no sirven, por sí mismos, si no se recompone la relación del Gobierno con la gente.
¿Qué fue lo que pasó? Que tras el aparente triunfo de la Revolución Mexicana, con el presidente Francisco I. Madero instalado en el Poder y con Porfirio Díaz de pelada en Europa, los campesinos seguían en las mismas. Se echó al tirano, pero se mantuvo el sistema de opresión y pobreza que los había agraviado. Quitaron a Porfirio Díaz, pero los hacendados seguían pisoteando a la gente.
El lema de “sufragio efectivo, no reelección” estaba bien, nadie lo discutía, pero la gente, en el fondo, pedía hacer realidad el lema zapatista “justicia, tierra y libertad”. Por eso Zapata armó el Plan de Ayala: para exigir que la Revolución fuera en serio y no sólo un cambio de Poder.
En el año 2000 la mayoría de mexicanas y mexicanos votó por Vicente Fox. Se echó al PRI de Los Pinos, pero el desprecio al pueblo y la corrupción siguió igual que antes –o ya no sabe uno si peor-. Con Calderón ya ni se diga. En Veracruz pasó algo similar. Se echó a Duarte y llegó Yunes. ¿Y de qué sirvió? Ni a cuál irle.
La Cuarta Transformación retoma la lección de Zapata. Cambio de Poder, pero de fondo. Cambio de Presidente, pero también cambio de sistema. Quitar al PRIAN, pero para servir de verdad al pueblo, a los campesinos, a los adultos mayores, a los jóvenes estudiantes, a las madres solteras, a los discapacitados, a las comunidades rurales.
Ahorita Calderón y Peña anden de pelada en España, tipo don Porfirio. Ya nos libramos de ellos, pero la gente quiere puertas abiertas, caminos, hospitales, escuelas, oportunidades de empleo.
Creo que Zapata diría que es un acierto de la 4T, del presidente Andrés Manuel López Obrador y de gobernadores pertenecientes a este movimiento, como el nuestro, Cuitláhuac García Jiménez, que por primera vez en décadas se esté atendiendo la verdadera demanda social.
Sin ir muy lejos: el fin de semana, en mi pueblo, Hueyapan de Ocampo, visité la obra –casi terminada- del camino de concreto hidráulico a la comunidad de Sabaneta. Con mis carnales y mi papás hasta nos animamos a echarnos una rodada de bicicleta aprovechando que en algunos tramos todavía no hay paso.
Y lo mismo podría decir de la carretera de Juan Díaz Covarrubias a Zapoapan de Amapan o, en Catemaco, la carretera a Sontecopamapan o el bulevar Tegogolos. ¿Qué gobernantes se habían fijado en Sabaneta y en todos estos pueblos antes de AMLO y Cuitláhuac? Ninguno.
Por eso, en la 4T, podemos decir que es cierto el lema: ¡Zapata vive! ¡La lucha sigue! (Y seguirá con Chío).
*Diputado local. Presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso de Veracruz.