Litio

Parlamento Veracruz.

Juan Javier Gómez Cazarín

Se avecina en el mundo la pelea por obtener litio, por conseguirlo más barato, por acapararlo, por negárselo a la competencia, por ganar el poder de controlarlo. Países y corporaciones se van a pelear el litio con uñas y dientes. Como con el petróleo, pues.

La neta es que la mayoría de nosotras y nosotros no tiene muy en claro cuál es la importancia del litio. Yo diría que muchas y muchos ni siquiera parecemos saber bien a bien qué es eso.

Sin embargo, cuando tenemos nuestro teléfono en la mano, nos encontramos muy cerca de la tecnología de las baterías que permiten que nuestros aparatos electrónicos funcionen sin necesidad estar siempre conectados al enchufe de la pared.

Baterías mucho más grandes que las de nuestro teléfono, pero que también están hechas de litio, almacenan la energía que permite mover a los autos eléctricos.

Y resulta que muchos países han prohibido la venta de coches con motor de gasolina para el 2030. O sea que van a tener que ser eléctricos a fuerza.

El litio es un mineral, como el oro y la plata, del que México tiene enormes reservas bajo tierra.

Como se imaginarán, ya han de haber lobos rondándole a ese litio mexicano para hacer su agosto llevándoselo con concesiones mineras amañadas, quizá en Gobiernos futuros.

Pero el presidente Andrés Manuel López Obrador piensa a futuro y se les adelantó. Él se va en el 2024, pero este sábado promulgó el Decreto que declara la nacionalización del litio a favor de México y de su pueblo. Las mineras extranjeras no podrán tocarlo.

Salió en las noticias, pero casi no se hizo mucha bulla. Será porque no se entiende mucho la importancia de este Decreto y porque pareciera que falta mucho para que llegue el 2030.

Felizmente, López Obrador es un observador agudo de la realidad y tiene, además, a una encargada de la política energética que sabe lo que hace: la secretaria de Energía, Rocío Nahle García, mujer veracruzana comprometida con las causas del pueblo y principal consejera del Presidente para la nacionalización del litio.

¿Se imaginan esto en un gobierno neoliberal como los anteriores? Ya se lo hubieran repartido a sus parientes y socios, como quisieron hacer con el petróleo.

Estoy convencido de que en el futuro, por muchas décadas, se recordará esta nacionalización del litio. Y para orgullo nuestro, el nombre de Rocío Nahle estará ligado a su historia. ¡Esta es la Cuarta Transformación!

*Diputado local. Presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado.

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